lunes, 3 de marzo de 2014

Pros y contras de la Marca España en el mercado global

¿Presumen los chinos de Marca China? ¿o los alemanes de Marca Alemana? Abusar de la Marca España puede limitar la capacidad de fabricar a la medida del mercado demandante. Más que con sentido de “marca” hay que producir con sentido común.
Hace unos días, un español desconocido era galardonado como uno de los fotógrafos más reputados del mundo. Afincado en Suiza, Rafael Rojas representa una marca fotográfica de prestigio planetario, que se ha llevado en la categoría “Vida Salvaje” el concurso “Maestros Hasselbald”, fallado en Suecia, entre 4.000 participantes. 

El fotógrafo español hace una descripción de su profesión, que convierto en nuestra, cuando nos dedicamos a la internacionalización de empresas: una filosofía de vida basada en la observación, el conocimiento y el respeto por el mundo en que vivimos. “Cuando realizo cualquiera de mis fotografías intento “escuchar” el paisaje, absorber el espíritu del lugar y comprender su lenguaje. Para fotografiar el bosque, intento convertirme en árbol…”.

Ese es el espíritu y saber hacer que debe aplicarse a la internacionalización de empresas: asegurar la presencia de las compañías en los más remotos canales de distribución, mimetizándolos con los nuevos mercados, no imponiendo normas, sino aceptándolas y adaptándonos a las mismas. Un proceso de internacionalización se dirige desde el mercado de destino, nunca desde el mercado de origen.

Sin embargo, contemplo con asombro cómo abusamos del concepto “Marca España” que lejos de mimetizarnos, de demostrar nuestra capacidad de adaptación como productores, nos limita a lo nuestro. Y lo nuestro no siempre -es más, muy pocas veces- es lo deseado en el mundo, tan inmenso, diverso, multicultural, con usos y costumbres tan variadas…

Un proceso de internacionalización se dirige desde el mercado de destino, nunca desde el mercado de origen.
Tomemos ejemplo de los que más exportan: ¿presumen los chinos de “Marca China”?, ¿o los alemanes de “Marca Alemana”? Seguro que estamos convencidos de que el cliente siempre tiene la razón: ¿compran los africanos, los asiáticos o los americanos por el origen de las cosas? ¿está en el origen el secreto, o en la capacidad de adaptación, de mimetización desde el origen? Pensemos nuevamente en los chinos, que estos días celebran el Año Nuevo, y hace unas cuantas semanas invadieron nuestros lineales de venta de confetis y matasuegras.

Hay que internacionalizar desde el destino previsto de nuestras mercancías y fabricar adaptativamente, miméticamente, fabricar exclusivamente lo que se vende porque te lo compran, a la medida de la calidad/precio del mercado demandante. Más que con sentido de “Marca” hay que producir con sentido común.

Made in Spain adaptado al mercado global

Recientemente hemos cerrado un acuerdo “ganar-ganar” con las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, representadas por SIC Agroalimentaria. Con la metodología de trabajo de Globalider, colocaremos los productos manchegos en más de 30 “escaparates” internacionales, bajo la influencia de múltiples y diversos canales de distribución desde los que operamos. De esta forma, se activará el funcionamiento de alrededor de 40 delegaciones internacionales de 4 continentes, con un objetivo común y concreto: que a través del incremento de las exportaciones, las cooperativas de Castilla-La Mancha superen los 1.000 millones de euros de facturación conjunta anual.

Hay que internacionalizar desde el destino previsto de nuestras mercancías y fabricar adaptativamente, miméticamente.

Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha es la entidad que agrupa al cooperativismo agrario de esta región. Actualmente integra a más de 300 cooperativistas de los principales sectores, y reúne a 115.000 socios que en conjunto facturan casi 800 millones de euros anuales. Los principales sectores a los que dan cobertura son: vino, aceite de oliva, cultivos herbáceos, frutas y hortalizas, frutos secos, ganadería, desarrollo rural, producción ecológica, suministros, piensos y forrajes.

En este caso, por supuesto que en el impulso que daremos a una de las mayores cooperativas agroalimentarias de España primará el origen manchego y el reforzamiento de la “Marca España” asociada a calidad, a saber hacer, a organización, a talento; el mucho y buen talento que tenemos los españoles. Pero nunca entenderemos la “Marca España” como el marco de obligatoriedad de convertir lo español en lo mejor. No. Lo mejor será lo que nos compren los clientes en el mundo y nosotros sepamos producirlo o fabricarlo desde España.

Lo mejor será lo que nos compren los clientes en el mundo y nosotros sepamos producirlo o fabricarlo desde España.

El día que el “Made in Spain” sea signo más que de producto español, de producto global adaptado a las circunstancias de cada mercado y a las demandas de cada cliente; ese día podremos respirar tranquilos en el sentido de que la crisis económica fue una anécdota en nuestras vidas. “Marca España”, “Made in Spain”, sin olvidar que “el mercado es el mundo”.

Francisco Casáus
Director General
Globalider


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