lunes, 12 de noviembre de 2012

A exportar se aprende exportando


Se comenta en los círculos empresariales que España se ha convertido en un gran almacén. Con el mayor índice de empresas en liquidación de Europa y con una demanda interna de bienes y servicios en progresión decreciente la empresas tienen sus almacenes  repletos de existencias a la espera de ser vendidas seguramente por debajo del precio de coste con el único y necesario objetivo de generar flujos de caja.
Desde el punto de vista financiero es un error mantener un almacenaje alto porque devenga altos gastos de gestión, de oportunidad y de depreciación de las mercaderías, además del apalancamiento que supone tener recursos inmovilizados cuando están orientados a la circulación. Siempre ha sido trabajo de los economistas calcular el grado de almacenaje óptimo que, evitando el riesgo de roturas de stocks, permita optimizar al máximo los costes de las mercancía almacenadas.
Sin embargo, ahora el problema no es la mala gestión o  la desidia en los cálculos adecuados sino la falta de demanda. En los últimos años el mercado ha caído a tal velocidad que ha impedido prever el descenso en el consumo. Las pequeñas industrias y los mayoristas se encuentran con una amplia variedad y cantidad de productos pendientes de despachar  en algunos casos incluso habiendo cobrado por adelantado una parte de los mismos pero imposible de asumir por las empresas clientes.

¿ Cómo resolver esta situación? Consiguiendo  nuevos clientas. La solución está en exportar, salir al exterior buscando unos demandantes de nuestros productos a los que satisfacer.
Tomar la decisión de exportan para quien nunca ha tenido necesidad de ello, puede ser difícil. Influye desde el miedo a lo desconocido, a la falta de formación y adaptabilidad a la internacionalización del departamento comercial y financiero de la compañía, hasta la idea  preconcebida de que es mucha la inversión necesaria y el aumento de los gastos comerciales  y logísticos.
En un análisis más racional se demuestra inmediatamente que con una buena estrategia y buscando los colaboradores adecuados la inversión siempre es inferior a tener las mercancías pendientes de vender devengando costes de almacenamiento   y perdiendo valor  entre otras causas, por el paso del  tiempo. Por otro lado los beneficios de exportar superan la rentabilidad individual de las ventas de las mercaderías y abre las puertas a una dimensión de desarrollo con efectos multiplicadores.
Esta es una de las misiones de GLOBALIDER. Acompañar a las empresas en sus primeras exportaciones. Ofrecer el asesoramiento necesario basado en la experiencia y conocimiento de los mercados de destino. Ayudando a diversificar sus riesgos y a cerrar las operaciones comerciales con garantías de éxito. Con análisis previo de  los productos con buena cogida y estudio de coste de transporte y del mejor canal de distribución.
  Concretamente en los países de África del oeste, contamos con una demanda de más de 200 millones de consumidores pendiente de satisfacer  y sin embargo con oferta insuficiente por el desconocimiento que hay de los procedimientos óptimos y las dificultades añadidas por las diferencias culturales. Es la experiencia del equipo de  GLOBALIDER  y su expansión la que le permite ahora ofrecer su saber hacer a todas aquellas empresas que visualizan la oportunidad que supone aprender a exportar exportando.

Laura Pinteño
Administradora
GLOBALIDER

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