lunes, 15 de octubre de 2012

El mercado es el mundo


Dakar, octubre de 2012. La "pequeña París", llamada así por ser la segunda ciudad francófona del planeta, no precisamente por sus majestuosas avenidas o el cuchicheo de sus "bistrots"; despierta bulliciosa, desordenada, calurosa, extremadamente calurosa... Concentra a más de 3 millones de personas que, aún soportando la humedad extrema, el normal hacinamiento de una capital africana, las estridencias de cientos de miles de motores desvencijados en un tráfico caótico; tienen la ventaja del mar, del Atlántico por todos los costados de una ciudad dibujada en el mapa como un pseudo istmo, con el cabo geográfico más occidental del continente africano. La capital de los senegaleses, desbordantes de simpatía y de vida -la teranga que llaman los africanos- es también la capital económica de la UEMOA (200 millones de consumidores de productos y servicios), la capital de West África.

Al mismo tiempo que despierto en Dakar, literalmente entre el Mausuleo de Seydina Limamou Lay y la Mezquita de Cambèrène, en un punto de la ciudad alejado del ajetreado tráfico, pero nunca lejos del corazón del trasiego comercial y de los símbolos de la profunda alma religiosa que tienen los pueblos de profesión musulmana; con la velocidad de internet -Senegal tiene una de las mejores redes de fibra óptica del continente- desayuno con las novedades de la crisis española, europea, mundial; con los descalabros de la prima de riesgo y los vaticinios de un "rescate", que de tanto pronunciarse más parece que será un "secuestro." En la aplicación "Marine Trafic", se concentran un montón de barcos, llegando al Puerto de Dakar; y Maersk Line, la primera naviera del mundo, anuncia la ampliación de su flota en más de 20 barcos para cubrir los incrementos de tráfico con West África; el grupo Hanjim, que sigue la estela de Maersk, consolida su proyecto en Algeciras, con un plan de negocio basado en los tráficos al Oeste africano, habiendo desarrollado una de las terminales de contenedores más modernas del mundo; Iberia acaba de inaugurar una línea directa Madrid-Nouakchott, reforzando el vuelo directo y diario que ya tiene con Dakar, o periódico con Angola o Malabo.  Parece como si el mundo -todo ello en el mes de octubre- se reorientara económicamente, buscando destino de servicios y mercancías, en una comunidad multimillonaria -en habitantes- y con uno de los índices de crecimiento demográfico más altos del planeta.



En este día caluroso en Dakar, en el que, de sentirme solitario hace unos años; ahora, cuando la crisis arrecia, me siento protagonista de haber descubierto uno de los destinos transaccionales más importantes del mundo, en el epicentro de West África; rememoro los más de 40 países que llevo recorridos, en misión comercial; las dificultades, los errores, las torpezas, los engaños -hay mucho timo en el comercio internacional- y hasta la sufrida impaciencia de algunos inversores; los esfuerzos económicos y, especialmente, el enorme sufrimiento de dejar la familia a miles de kilómetros de distancia, con una inmensa frontera cultural que muchas veces es más difícil de franquear que la distancia. Pero satisfecho, profundamente satisfecho, al reafirmarme en la convicción de que el mercado es el mundo, que las oportunidades no llegan, se buscan; y que 200 millones de potenciales consumidores son 200 millones de motivos, de razones para confirmar que a partir de ahora, en nuestro mundo globalizado, los hombres y mujeres emprendedores y de negocio, tienen que tener siempre la maleta preparada y la capacidad de montar el escaparate donde, en cada momento y lugar, exista la oportunidad de desarrollar y de crecer.

FJ Casáus
Director General Ejecutivo
CEO West África
GLOBALIDER

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