Hace ahora 24 años que finalicé mis estudios y me inicié en el
mundo empresarial. Actualmente, inmersa en esta nueva aventura de comercio
internacional, hago balance de lo que ha sido mi trayectoria en estos años de
negocios con una gran satisfacción por los objetivos conseguidos y la
experiencia acumulada.
Parecía una locura, en un momento en el que era muy
fácil conseguir un trabajo estable y bien remunerado, rechazar un puesto en una
compañía consolidada para convertirme en empresaria autónoma con un capital de
inicio mínimo y motivada principalmente por los deseos de independencia y de
poder tomar mis propias decisiones en la actividad que desarrollase.
Durante este recorrido he disfrutado de importantes
éxitos pero también de tropiezos y desengaños, alegrías y preocupaciones, ganancias y pérdidas económicas, pero nunca
he dejado de crecer en actividad y como profesional. La clave está en aprender
de todo lo sucedido, retroalimentarte constantemente adaptándote a los cambios
y buscando oportunidades en las dificultades. Tener siempre metas que alcanzar,
planificando nuevos retos con confianza, perseverancia y constante motivación.
Un empresario no se destruye sino que se transforma,
porque somos pura energía, la fuerza y el motor
del desarrollo económico. No existen límites, el camino es infinito, solo hay que ir adaptándose
a los cambios que se producen en el entorno.
El contexto actual, aparentemente poco favorecedor
para los negocios, es el ideal para salir al exterior. Si el consumo interno está
bajo mínimos, si España está en recesión
¡EL MERCADO ES EL MUNDO! Si las ventas siguen decreciendo, el
mantenimiento de los puestos de trabajo es casi imposible y la incertidumbre es incontrolable:
ampliemos nuestra visión y viajemos. Es el momento de la cooperación empresarial,
la alianza entra las distintas empresas, clientes, proveedores y profesionales todos con miras a la
exportación.
Internacionalizar la empresa permite
incrementar las ventas, reducir costes fijos por la economía de escala, mejorar
el posicionamiento frente a los proveedores, acceder a entidades
financieras internacionales, diversificar riesgos, ampliar la variedad de clientes y sobre todo consigue no
dejarnos atrás por la expansión y el
crecimiento que conlleva salir de las fronteras de nuestro país.
Aprovechemos nuestras fortalezas y saber hacer
para comercializar nuestros productos y
servicios en los mercados emergentes. Asumamos este nuevo objetivo con trabajo,
responsabilidad y mucho optimismo. Y
ante todo soñemos, y disfrutemos porque estamos ante una nueva aventura.
La aventura de ser empresario.
Laura Pinteño
Administradora
GLOBALIDER