martes, 3 de diciembre de 2013

La competencia global como clave del crecimiento

La industria española representa el 15 % del PIB nacional, al mismo tiempo que la principal actividad exportadora de nuestra economía; cuando todos los indicadores indican que la recuperación de la crisis vendrá dada por un mayor peso de la industria y porque más de un 80 % de sus productos sean para otros países. En un contexto de demanda interna débil resulta esencial el incremento de nuestro tejido industrial y su progresiva internacionalización. Precisamente la renovación e innovación tecnológica, especialmente entre las pequeñas y medianas industrias, está permitiendo la masa crítica necesaria para internacionalizarse y competir en mercados globales, premisas del crecimiento.


Globalider impulsa en este momento la conquista de nuevos canales de distribución para muchas empresas españolas; que entendieron definitivamente que el mercado es el mundo. Nuestra presencia permanente en África, Oriente Medio, América Latina y Asia; en más de 20 mercados diferentes, permite la implantación de nuestros clientes y su posicionamiento estratégico. Las empresas que se internacionalizan más y mejor son las que resisten y crecen en entornos de competencia global.
Los vinos españoles conquistan el mundo, mientras los italianos, portugueses o chilenos llenan nuestras despensas. Competencia global. Los quesos manchegos, asturianos o menorquines impulsan las exportaciones, mientras los franceses, holandeses o turcos, irrumpen en nuestros lineales de venta. Competencia global. Hacemos universal la paella, el jamón serrano, o la sangría, mientras nos deleita el sushi, la mortadela siciliana, o el lambrusco. Competencia global. Importamos el espárrago de Perú, la chufa de Burkina Faso, las setas de China, como insumos de la industria alimentaria. Entorno global. Competencia global.
En Globalider, cuando en el arranque de un proceso hacia mercados emergentes analizamos el perfil de internacionalización (“PIN”) de una empresa, nos interesa especialmente la capacidad competitiva global del cliente. En este punto no hay grandes ni pequeños, sino adecuados a un mercado u otro. Cada cliente, debidamente orientado, tiene su momento y su oportunidad en el mundo.
En mi último viaje por España –vivo 2/3 del tiempo en el extranjero- recorrí Andalucía, Mallorca y Castilla-La Mancha; visitando personalmente a decenas de clientes en apenas 10 días, apoyado por nuestros respectivos gerentes territoriales. Concretamente en Cuenca –tierra emprendedora y de emprendedores- me comentaba un empresario que hoy día hay que tener 1.000 ojos, 1 en España y 999 en el mundo. Y el que pestañea, se lo pierde. Dicho coloquial para entender la importancia de la competencia global. En Globalider somos los ojos, los oídos, los sentidos de nuestros clientes en más de 20 inmensos canales de distribución de cuatro continentes.

Francisco Casáus
Director General Globalider

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