lunes, 18 de noviembre de 2013

Dime a donde exportas y te diré como creces

El título es claro, actualmente más del 65 % de las exportaciones españolas van dirigidas a la Unión Europea; hacia unas economías que no terminan de salir de la UVI; que siguen coqueteando con la recesión y en algunos casos incluso en riesgo de deflación, con la clara amenaza que eso supone para el crecimiento futuro.

Por añadidura, nuestro entorno lo forman mercados altamente maduros, con unos niveles de competencia y exigencia normativa que presentan unas barreras de entrada que en ocasiones superan la ventaja de no contar con barreras arancelarias.

Arturo Polo, Gerente Territorial Zaragoza
También cabe destacar que se trata de países con unos crecimientos demográficos estancados, en los que la franja de edad de mayor consumo de productos y servicios (25-45 años) se encuentra en claro retroceso.

¿Y los países emergentes?

Hace tiempo que los empresarios españoles interiorizaron el mensaje y se pusieron manos a la obra para cambiar la tendencia y minorar la dependencia de nuestras exportaciones de la marcha de nuestros socios europeos; en los años previos a la crisis la dependencia exportadora de la U.E. superaba el 80% y en la última década los BRIC y otros países del mismo entorno han ido ganando peso hasta convertirse en destino del 35% de nuestras exportaciones.

No obstante, no todo el monte es orégano. En los últimos tiempos el núcleo duro de países emergentes formado por Brasil, Rusia, India y China está enviando señales de alerta para el inversor extranjero. En unos casos se trata de exceso de celo de los gobiernos que aumentan sus aranceles desmedidamente en un intento proteccionista (en Brasil y China hay códigos TARIC con aranceles que rondan el 45%), en otros se están detectando señales de calentamiento económico preocupantes que amenazan la estabilidad de precios (India cuenta actualmente con una inflación del 18% y Tipos de interés que rondan el 9%). Hay otros factores que, si bien son necesarios y bienvenidos, también hacen peligrar el crecimiento futuro de estas economías como por ejemplo el cambio de modelo productivo originado por la necesaria mejora de las condiciones laborales y la cada vez más estrecha vigilancia de autoridades internacionales y multinacionales.

En resumen, el presente de las economías emergentes más pujantes permite dibujar un futuro a medio plazo en el que se encontrarán en mayor o menor medida con los problemas tradicionales de las economías desarrolladas.

Entonces: ¿hacia donde debería dirigirse el músculo exportador español?

Frente a esta situación de claro estancamiento de las economías europeas y de signos preocupantes para el medio plazo en las economías emergentes, existe una realidad que ha pasado por alto para muchos empresarios españoles. Y es que a cuatro horas de vuelo desde Madrid nos encontramos con un mercado de más de 200 millones de potenciales consumidores. Se trata de los países integrantes de la UEMOA (unión monetaria de África del Oeste), que con capital en Dakar (Senegal) forman un entorno con estabilidad institucional, con una divisa referenciada al Euro y que de acuerdo a reputados economistas presentan los mismos factores que presentaban los países BRIC antes de su eclosión.

Estamos hablando de explosión demográfica (Senegal, con una población 13 millones cuenta con los mismos habitantes por debajo de 20 años de edad que España, que casi cuatriplica su población total).

También de migraciones masivas del medio rural al urbano, aumento de la esperanza de vida a un ritmo de 4 años por década transcurrida y otros, que permiten presagiar a medio plazo el surgimiento de una pujante clase media.

En cuanto la situación política, la zona está viviendo un claro asentamiento de los regímenes democráticos, aperturistas, con vocación reformista y que comienzan a desarrollar políticas tendentes a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, expandiendo el gasto público y la inversión en infraestructuras.

Todo este caldo de cultivo para la inversión y las oportunidades de negocio no está pasando desapercibido a nivel mundial; de hecho potencias económicas como China e India están realizando un auténtico desembarco financiero y comercial en el continente africano. Europa tampoco se queda a la zaga y es fácil encontrar multinacionales alemanas, francesas, belgas… que están potenciando su estructura en la región.

En definitiva, existe una opinión generalizada en círculos autorizados que sostiene que el XXI va a ser el siglo de África. Un continente que destaca por su dinamismo y cuyo crecimiento está siendo vertiginoso. En un mundo globalizado los cambios ocurren a una velocidad inusitada y las oportunidades pasan si no se cogen al vuelo.

Basta observar un mapamundi para apreciar la privilegiada posición que ocupa nuestro país para abordar los mercados africanos. España tiene ante sí una oportunidad única para asentar el futuro crecimiento de las exportaciones dirigiéndola a estos mercados todavía vírgenes y con un futuro tan prometedor.

Por supuesto, no todo lo que reluce es oro, y las amenazas existen. Se trata de mercados en los que se debe pisar el terreno y conocerlo.

Abordarlos en solitario no está exento de riesgos. Con el correcto asesoramiento y acompañamiento la lejanía desaparece y las posibilidades de éxito en un proceso de internacionalización crecen enormemente.

El mercado es el mundo. 

Arturo Polo
Gerente Territorial Zaragoza
Globalider

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